DINO VALLS: METAFÃSICO DE LA BELLEZA Y EL DOLOR
por prof. John Wood
para Gabriel y Guillermo Valls.
Aurum nostrum non est aurum vulgi
No conozco ningún pintor contemporáneo cuya obra sea más grande en la concepción o más hermosa en su ejecución que la de Dino Valls, ni sé de ningún pintor vivo cuyo trabajo esté más pleno de imaginería del dolor que el de Dino Valls. ¿Cómo se puede conciliar el dolor y la belleza? ¿Son conciliables, y si es así, qué significan? Sus pinturas pueden provocar la misma aterradora conmoción que el Retablo de Isenheim de Grünewald, o El desollamiento de Marsias de Tiziano. Valls es nuestro gran maestro contemporáneo del dolor y la belleza. Su trabajo nos asombra y nos obliga a volver una y otra vez, que es el poder más antiguo y mágico del arte. El gran arte se niega a dejarnos en paz. Una única audición de una fuga de Bach, un tardío cuarteto de Beethoven, o una sinfonía de Mahler, nunca es suficiente. He estado contemplando las pinturas de Valls desde hace ya mucho tiempo, pero todavía sigo volviendo a obras que conozco bien y que puedo ver en mi imaginación. Pero esta memoria visual es insuficiente para el recuerdo de un gran cuadro, o la memoria auditiva para el recuerdo de la buena música. Nuestros retornos al arte sirven como renovaciones perpetuas del espíritu, como el nacimiento (ascensión) anual de Perséfone. Dejan nuestra vista y nuestro oído en estado de gracia y nos premian con un renovado autoconocimiento, más claro oído, y más profunda comprensión.
Pero, ¿qué estoy viendo en Valls, en su constante imaginería de alfileres, afiladas plumillas de estilográfica, clavos de hierro, cortes, cicatrices, avispas suspendidas del pelo de una joven y colgando sobre su pecho desnudo, una joven atada con cuerdas y lacre, sondeos de la carne, cuerpos capturados dentro de otros cuerpos, el lema alquímico y espiritual SOLVE ET COAGULA [lámina 1], lo que nos quiere decir que algo debe ser roto antes de que pueda volver a ser re-formado o re-creado, pero convertido en una imagen de canibalismo? ¿No hay una tensión entre el contenido de lo que vemos en su obra y su forma seductora? ¿Está Valls simplemente instruyéndonos en las Lecciones de Tinieblas? [TENEBRAE LESSONS , [lámina 2] ¿No se pregunta uno qué extraña representación habita en su DRAMATIS PERSONAE [lámina 3], aquellos que se han deslizado desde los frescos de las paredes de su capilla: uno lastrado con estatuas de santos; una erotizada Madonna con cuchillos sujetos a sus pies; un atractivo joven, o una niña prepúber con clavos en sus manos, y un niño descendiendo o ascendiendo dentro del suelo de la capilla? ¿Qué juego es éste, nos preguntamos? Pero en el más amplio contexto de la obra de Valls, está bastante claro. Su juego es antiguo y universal; su acción es siempre la misma, sólo cambian los nombres de los jugadores con los cambios de la historia y las corrientes culturales. El juego que pinta en su obra es el subconsciente de nuestras mentes, de nuestros recuerdos, y de nuestros sueños, el juego recurrente de la vida.
No es ninguna sorpresa que el material de la mente, la memoria y el sueño pueda ser inquietante, que puede contener las lecciones de tinieblas, lecciones que nos deben descomponer antes de que puedan darnos nueva forma. Este es el tema al que Valls vuelve como un peregrino. En su NIGREDO [lámina 4] vemos una hermosa joven aparentemente cosiéndose dentro de una colcha, o más probablemente su mortaja. En la alquimia nigredo significa putrefacción, pero al igual que Solve et coagula, también sugiere un renacimiento y la llegada al conocimiento de sí mismo. Si nos encontramos desconcertados en la tensión que Valls crea entre su imaginería visual y su contenido intelectual, debemos recordar que las demandas y los atributos de lo bello y de lo terrible siempre han sido los mismos. Belleza y terror comparten la misma gravedad, un peso igual de atractivo, queramos admitirlo o no. Lo Bello y lo Terrible, Amor y Odio, Inocencia y Experiencia, Atracción y Repulsión, Razón y Energía son las caras gemelas del Jano del deseo humano. Lo que está lleno de belleza y lo que está lleno de asombro – maravilla, temor y reverencia-, han sido siempre los pesos que con más fuerza han balanceado y a menudo trastornado nuestras pasiones. Sumando este conocimiento al hecho de que en las obras de Valls aparece una constante medición, que sus pinturas están llenas de compases, calibradores, y dispositivos de medición de su propia imaginación, empezamos a darnos cuenta de que su arte, como todo el arte anterior a “el arte por el arte”, el arte conceptual, arte de la performance, y así sucesivamente, está haciendo las dos cosas primordiales que históricamente se esperaba que un artista hiciera: deleitarnos, lo que Valls hace con una destreza a la que ningún otro artista puede aproximarse, e instruirnos, lo que hace a través de su contenido, un contenido que encierra el mismo mensaje grabado por la misteriosa mano en las paredes del palacio de Belshazzar: "Mene mene tekel upharsin" (Has sido pesado y hallado falto!). De hecho, Valls tomó el tema de la advertencia a Belshazzar directamente en un cuadro de 1990 titulado ManeThecel Phares, una referencia directa a las palabras. Lo que Belshazzar había hecho en su gran fiesta para merecer su sentencia fue que había profanado los recipientes sagrados del templo de Jerusalén, haciendo un uso inmoral y escandaloso de ellos.
PSICOSTASIA, el título del que es posiblemente el trabajo más grande y más emocionante de Valls hasta ahora [lámina 5], significa "el peso del alma o del corazón." (Hay un glosario de términos al final de este ensayo, que puede servir como otra puerta a la brillante y estratificada imaginería de Valls. Siendo tan sorprendente como es visualmente su trabajo, igualmente posee tantos mundos de asombro intelectual como de maravilla visual, y se fusionan constantemente.) Psicostasia, por ejemplo, también hace referencia al lema alquímico VITRIOL: "Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Operae Lapidem” (Visita las Partes Interiores de la Tierra, y por la Rectificación Encontrarás la Piedra Oculta ", es decir, la Piedra de los Filósofos, que es una metáfora de la Iluminación. Lamento que haya mucho más en esta pintura de lo que puedo explicar1, pero cada parte de ella me conmueve profundamente, y sé que es una obra que siempre recompensará mi mirada y seguirá hablándome de nuevo el resto de mi vida, al igual que otro laborioso políptico, BARATHRUM, el Abismo, [lámina 6]. Es otra pintura de peso y medición, y en ella Valls revela el castigo por la profanación de lo sagrado. Es, sin embargo, no tanto un Dies Irae como un cántico de lamentos. La única mano que la triste muchacha puede asir, está cortada, gris y necrótica
. Valls en realidad tiene un DIES IRAE [lámina 7], otra de sus grandes obras, un Día de la Ira que hasta incluye a Antonius Bloch ante el tablero de ajedrez en su partida contra la Muerte. Podríamos recordar las apasionadas palabras que Ingmar Bergman dio a Bloch en El séptimo sello, palabras que el artista también estaría pidiendo: "Quiero el conocimiento! No la fe, no las suposiciones, sino el conocimiento. Quiero que Dios extienda Su mano, descubra Su rostro y me hable." No sé de ningún otro pintor desde William Blake que sea un mayor buscador del conocimiento, en y a través de su arte, que Valls2. Viene a la mente Joel-Peter Witkin, pero está menos interesado en las respuestas que en la confirmación de las respuestas a las que ya ha llegado en su profundamente devota fe católica
. Si alguien llega a la conclusión de que el arte de Dino Valls no está en sintonía con nuestro tiempo porque posee un contenido universalmente significativo, un contenido que ha recorrido durante milenios las culturas, fes y creencias, o que parece ser la antítesis de lo asumido como arte contemporáneo, entonces esa persona está irremediablemente carente de experiencia estética y emocional. Valls es en muy gran medida un artista contemporáneo, pero su trabajo, a diferencia de la mayoría de las pinturas contemporáneas, posee un mensaje contemporáneo profundamente importante. Lloyd Nick, director del Museo Oglethorpe, escribió que la obra de Valls "puede sorprender a los ojos conmocionados en nuestro siglo por el arte abstracto y fantasioso", y que "los pintores españoles siempre han mostrado una notable capacidad para aportar realismo y vitalidad a los temas religiosos tradicionales. En ningún otro lugar se han dado a las ideas espirituales tales formas terrenales como en España."3
El filósofo Frederick Turner en su obra La Cultura de la Esperanza, ofrecía un nuevo manifiesto artístico para nuestros tiempos, un manifiesto en el que se enfrenta a lo abstracto y fantasioso, algunos de cuyos pasajes es necesario citar aquí:
Incluso cuando se trata, como a menudo debe y tiene que ser, con lo terrible, lo trágico y grotesco, el arte debe ayudar a sanar las lesiones dentro de uno mismo y las fisuras en la relación del yo con el mundo.
El arte debe brotar desde y hablar a las raíces comunes y los principios universales de la naturaleza humana en todas las culturas.
La excelencia y los valores son tan reales y universales en las artes como en los deportes competitivos, incluso requiriendo más tiempo y refinado juicio para ser apreciados.
La teoría describe el arte, el arte no describe la teoría.
Los altos valores de destreza y dominio del instrumento deben ser restaurados.
A veces, el presente crea el futuro rompiendo ataduras del pasado, pero a veces el pasado crea el futuro, rompiendo las cadenas del presente.4
Al observar la obra de Dino Valls uno es deslumbrado inmediatamente por dos hechos visuales: en la técnica se asemeja a la pintura de los primitivos flamencos y holandeses, sin embargo, en gran parte de su contenido se asemeja al arte surrealista del siglo XX. Valls ha roto los trillados y aburridos grilletes del presente, que ahora ya no son por más tiempo avant-garde sino agotados clichés de un estilo moribundo. Él ha descubierto una nueva forma de ver que une dos momentos visuales importantes de la historia del arte. Al unirlas, ha creado un nuevo lenguaje artístico con ricas y significativas raíces históricas. Valls, que es licenciado en medicina y cirugía, y que abandonó por el arte, escribió:
Yo entiendo el arte como un endoscopio, un medio para investigar mi mundo interior y de la humanidad en general, y también como un periscopio oculto, para observar el mundo exterior. El peor peligro para los artistas es componer atractivos mundos fantásticos sin un contenido conceptual profundo. Mi dura lucha ha sido siempre la de crear desde mi profundo y oscuro interior inconsciente, y luego “encarnarlo” con verosimilitud en una visualización imaginaria, pero siempre sin modelos reales, trabajando sólo desde la imaginación y la memoria visual. Siempre he considerado mi arte en un sentido muy Jungiano. Crecemos y maduramos, como artistas y como personas, igual que Siegfried, con el tiempo y la experiencia y luchando con nuestros dragones, nuestro inconsciente.5
Gabriel Villaba, el comisario de "Four from Madrid," escribió, "No todo lo que se puede nombrar es lo que existe. . . . El hombre inventa la manera, su manera, por medio de la imaginación. . . . Se crea la realidad, ya que la nombra y le da forma. . . . Entonces, todo fluye desde el misterio hacia la claridad. . . . Las relaciones [que Valls] establece más allá de la estética, se conectan con la profunda contemplación de lo más espiritual."6
Una lectura rápida de El hombre y sus Símbolos de Jung, La Rama Dorada de Frazer, El Héroe de las Mil Caras de Campbell, o de cualquier estudio transcultural de la mitología, revelará el lenguaje visual primigenio del arte de Valls, que al igual que tantísimo arte del pasado y el arte de nuestros sueños, habla a través de arquetipos, a cuyos significados hemos cerrado los ojos con demasiada frecuencia y hemos amputado de nuestros intelectos. El rico en imágenes vocabulario de nuestros sueños es a menudo difícil de ser expresado, pero en otras ocasiones es fluido en sus símbolos, símbolos que alcanzan la conciencia con claridad y sentido. Ningún siglo tuvo mayor necesidad de un verdadero mito viviente que el siglo XX, un siglo sin centro o estructura, un siglo de continua guerra que dio lugar al asesinato de millones de personas. La mítica música del pasado quizás no podría haber salvado a los que fueron sacrificados a las falsas mitologías del Nazismo, el Fascismo, el Comunismo, el Americanismo, el Capitalismo, el Racismo y otras múltiples formas de ambición que han desfilado en los uniformes de la moralidad. Pero las antiguas mitologías cuyos núcleos eran tan viejos como la misma humanidad, quizás podría haber ofrecido más consuelo a los que sufrían. Cambiamos nuestra fe por el fácil juego de palabras y el lenguaje, un juego que transformó nuestros terrores soñados en simples, manejables complejos y síndromes que sólo requieren una receta médica y un paliativo. Ya no tuvimos que enfrentarnos más a la nocturna imaginería brutal y honesta de nuestro propio Solve et coagula personal. Y ya no tuvimos que tomar en serio nuestros sueños de alegría o buena fortuna; se les despidió como fantasías de realización de deseos. El arte de Dino Valls nos lleva de nuevo a enfrentarnos a nosotros mismos, para hacer frente a nuestra belleza con alegría y a nuestro dolor con comprensión.
No estoy sugiriendo que el arte del siglo XX evitara lo horroroso. Vemos el horror en todo el Expresionismo Alemán, pero en él funciona más como una crítica social, no como una crítica moral. La única inmoralidad que George Grosz atacó en sus representaciones de ricos, porcinos, libidinosos hombres jugando con prostitutas, fue la inmoralidad del capitalismo, del nacionalismo y de las fuerzas que los apoyaban. Es bien sabido que Grosz sintió que el mundo era propiedad de cuatro razas de cerdo: el capitalista, el oficial, el predicador y la prostituta. Aparte de los premonitorios Paisajes apocalípticos de Ludwig Meidtner, las posteriores vistas apocalípticas de Europa después de la lluvia de Max Ernst, algunos de los paisajes igualmente apocalípticos de Tchelishchev, y, por supuesto, el paisaje humano del Guernica de Picasso, los artistas del siglo XX absolvieron suavemente el período más sangriento de la historia del ser humano.
Dino Valls no es tan indulgente con nosotros. Él exige que miremos dentro de nosotros mismos endoscópicamente. Lo que vemos con la ayuda de cualquier endoscopio no es un espectáculo agradable. Las cuevas y cavidades de nuestro interior, especialmente nuestras cavidades psicológicas, suelen ser inquietantes y a menudo aterradoras. Eran las antiguas guaridas de la Mantícora y todavía lo son. Sólo que hoy escribimos su nombre de manera diferente: como cáncer, tumor, maligno y así sucesivamente. Pero la visión real no ha cambiado. Valls le devuelve su antiguo vocabulario. Y obliga a la mirada de nuestras quimeras olvidadas, de vuelta en nuestra conciencia, y las hace resonar en nuestra médula. Valls hace esto a través de su seductor y suntuoso imaginario, un imaginario que en una era anterior a la escritura, un tiempo que en muchos aspectos no es diferente al nuestro, habló con una fuerza mayor que las palabras. Gran parte de su imaginería se deriva de las metáforas de la alquimia. Alquimia es una de esas palabras como Anarquía cuyo verdadero significado ha sido radicalmente distorsionado por aquellos que quieren desacreditarlo. No trata de la transmutación del plomo en oro, como tampoco la anarquía trata sobre el caos radical. La Alquimia es un sistema metafórico, una forma de entender el mundo. Y antes de que desechemos sus viejas metáforas, como los antiguos estilos de arte, podríamos recordar a Paracelso, un médico del Renacimiento que entretejió en su estudio de la medicina, la ciencia de la botánica, la alquimia, la metalurgia, y las estrellas. Aunque la astrología y la alquimia tienen pocos seguidores hoy, Paracelso no es un científico que puede ser fácilmente despreciado, pues fue él quien en su Von den Krankeiten de 1567, casi trescientos años antes del nacimiento de Freud, abordó por primera vez la idea de que el inconsciente tenía un poder sobre nosotros y podía influir en nuestra salud.
Lo que es más elogiado hoy en día en el mundo del arte, parece ser lo que se considera político y radical. Pero tengo que preguntar, ¿qué es más radical, más raro hoy en las artes visuales que la auténtica destreza y una visión real? ¿Qué podría ser más político, más "innovador", o más verdaderamente revolucionario que la celebración de la belleza? ¿Hay algún pintor contemporáneo más realmente radical que Dino Valls, un metafísico de la belleza y el dolor? Las clasificaciones tomistas siguen vigentes, al menos estéticamente. Belleza, arte, estilo, "bueno y malo" como juicios estéticos, y una variedad de otros términos que los nihilistas estéticos han tratado de descartar, no son meras cuestiones de gusto; ni son ficticios, culturalmente determinados, ni sólo en el ojos de sus espectadores. Esos términos son los productos empíricos e intelectuales de siglos de pensamiento sobre el arte. Ellos expresan el reconocimiento de que el arte tiene un fulgor expansivo, una claridad, que alcanza y se apodera del espectador, ya que irradia la plenitud de la forma que está expresando. La forma es lo que causa que sea, y su plenitud da forma a su belleza, su organicidad y su realidad. La noción de Aquino sobre la claridad (claritas) y la plenitud que conforma la belleza de la forma (formosus) son componentes claves del arte de Valls. Fue otro radical, Henry Moore, quien explicó: "La palabra 'inspiración' es un término académico. En realidad no existe. O sabes algo y lo haces, o no lo sabes, y ninguna cantidad de inspiración puede ayudar."7 O como lo expresaría Dino Valls: "Yo creo que puedes saber algo, pero no siempre por la consciencia, sino inconscientemente. Mediante un intenso trabajo de introspección (como es el verdadero arte) puedes conjurar su elevación hacia lo consciente, y su consciencia es llamada entonces por muchas personas inspiración."8
Se podría analizar el arte de Dino Valls en el contexto de la historia del arte tradicional, pero eso ha sido ya bien hecho por Edward Lucie-Smith y Catherine Coleman.9 Nadie podría mirar el trabajo de Valls sin encontrar en él aspectos obsesivos, tan obsesivos como los que encontramos en la obra de Van Eyck, Van der Weyden, Petrus Christus, u otros innumerables grandes maestros del pasado. La creación de arte es una búsqueda obsesiva parecida en sus exigencias a la actividad mística. Hay necesariamente algo del Estilita en todo artista serio. Pero la clave de la visión del artista radica en la naturaleza de su obsesión. El artista, al igual que cualquier otro buscador, debe seguir su propia felicidad, como lo expresó Joseph Campbell. Siempre estoy interesado en la felicidad del artista, en sus obsesiones rectoras, para que me permitan entender el arte en su sentido más amplio. Valls se ve a sí mismo, o eso he llegado a pensar, como un artista/alquimista; sin embargo, no le he preguntado si él estaría de acuerdo conmigo. Uno de sus cuadros se titula AURUM NOSTRUM [lámina 8], que son las primeras palabras de la invocación alquímica Aurum nostrum non est aurum vulgi (Nuestro oro no es oro ordinario.), un título que define tanto su actividad como la naturaleza de su más amplia visión.
Sólo un ideólogo o un arribista atrincherado en la seguridad laboral de algún "museo de arte contemporáneo" podría dejar de reconocer la universalidad de un artista como Valls. El arte en nuestro tiempo, sin embargo, se ha politizado, tirado de agenda, se ha convertido en un vehículo para enunciar los más obvios clichés como si fueran revelaciones: que los hombres han oprimido a las mujeres, los blancos a los negros, los heterosexuales a los gays, los ricos a los pobres, Occidente al Tercer Mundo. Si tales declaraciones, incluso disfrazadas con una somera jerga crítica pomposa, y salpicadas con nombres de unos cuantos críticos franceses irrelevantes, son revelaciones para alguien, entonces esa persona ha leído poco y ha estado dormido durante la mayor parte de su vida.
No estoy sugiriendo que el arte no pueda ser político. Lo que estoy sugiriendo es que el arte nunca debería ser trivial. Pero cuando su mensaje no es más que un cliché, es trivial y, por lo tanto, malo por definición y no merecedor de ser tomado en serio más que como una propaganda de autopromoción. Hay tanto arte falso en los museos de arte contemporáneo que uno sólo puede preguntarse por qué no ha sido retirado todo a las entrañas de los museos. Pero las razones son obvias. Como la crítica Vicki Goldberg escribió, "Cuando las jerarquías se derrumbaron, también lo hizo el concepto de valores de calidad. . . . El abandono de las ideas y juicios de calidad. . . [es] un desastre. Cuando las ideas del bien y del mal abdican, reina el desorden y la basura gana terreno"10.
El mal arte, que uno regularmente ve expuesto incluso en importantes museos, es un insulto al espectador porque asume que el asistente al museo es ciego e ignorante, alguien que puede ser engañado por los deshonestos tejedores de Hans Christian Andersen. A un nivel mucho menos divertido pero más ético, asume que no podemos distinguir lo bueno de lo malo: el buen arte del arte malo, el buen comportamiento de la mala conducta; la buena escritura de la mala escritura. Se trata de una suposición basada en la corrupta y debilitante noción de que lo bueno y lo malo no pueden distinguirse entre sí en el arte o en los actos - que todo está en el ojo del que mira. En una sociedad igualitaria, todos somos iguales ante la ley, o por lo menos se supone que somos. Pero el arte, la ética y la escritura no se basan en la igualdad. Se basan en la excepcionalidad. Todos los actos no son iguales ante los tribunales del juicio moral o estético, y si lo fueran, no habría ni ética ni arte.
La idea de Arte deja de tener sentido si el arte puede ser cualquier cosa que cualquiera esté dispuesto a decir que lo es. Creer eso equivale a creer que las matemáticas, la fontanería, o la mecánica del automóvil también puede ser cualquier cosa que cualquiera diga que es. El igualitarismo no tiene cabida en la estética y es un concepto sin sentido fuera de la esfera política. Con el paso del tiempo el arte, por supuesto, evoluciona, el ojo se amplía y llegamos a ver como arte muchos objetos que no habían sido creados originalmente como arte, como el mobiliario Shaker, herramientas del siglo XIX, o las pinturas de los dementes, que en muchos casos son sorprendentemente similares al arte sacro.11
Con el nacimiento del Romanticismo, la Naturaleza sustituyó a la puntualidad, el reloj de cuerda deidad de la Ilustración Europea. Sin embargo, los Románticos más clarividentes se dieron cuenta de que la naturaleza era un Jano que combinaba tanto la luz como la oscuridad, el bien y el mal, el dios y el diablo. Y sabios Victorianos tutorizados por un creciente conocimiento de la ciencia, reconocieron que la Naturaleza es completamente amoral, ni el feliz patio de recreo de Rousseau ni el matadero de Sade. La Naturaleza era simplemente Naturaleza, de la misma manera que la geología era simplemente geología. Las nociones humanas de correcto o incorrecto no estaban y no estarán unidas entre sí. La moralidad, como la bondad, era otra invención humana. Pero la moralidad siempre ha sido menos "moral" que la bondad porque la moralidad es esencialmente egoísta. Existe para mantener el orden civil, al cual ni siquiera el gran anarquista Pierre-Joseph Proudhon hubiera puesto objeciones, y para controlar las diferentes conductas que quienes detentan el poder no aprueban. La historia siempre parece demostrar que los que prefieren la moralidad a la bondad, suelen ser los más propensos a matarnos. Fue, podríamos recordar, aquel realmente el más virtuoso y moral de todos los revolucionarios, Maximilien Robespierre, quien escalofriantemente declaró "El terror no es más que una rápida, severa e inflexible justicia, es por lo tanto una emanación de la virtud."12
El Romanticismo esencialmente coincidió con el nacimiento de la Revolución Industrial. Esos movimientos fueron la Helena y la Clitemnestra de su tiempo. Una estaba definida por la belleza, la sensibilidad, y era seguidora de su corazón, sin importar el precio. La otra estaba encendida por la más vil de las emociones humanas - la codicia en el caso de los industrialistas, al igual que lo habían sido los celos en Clitemnestra. Aquellos industrialistas del siglo XIX no estaban creando sus máquinas para mejorar la suerte de nadie sino la suya propia. En la Mitología Griega las acciones de Clitemnestra llevaron finalmente a la liberación de las Furias. Del mismo modo, los efectos de la Revolución Industrial llevaron a otro grupo de Furias, las máquinas y el "sistema de factorías", a hacerlas funcionar, a hacerlas cada vez más grandes, y cada vez más eficientes. Eficacia y rapidez pronto suplantaron a la Naturaleza como dios, y en el siglo XX el planeta pagó el precio por la devoción a esos ídolos impotentes que no son capaces de producir (fuera del campo de la medicina), poco más que dinero. Somos los herederos de un mundo destrozado, y todos hemos visto las palabras que aparecían en medio de la fiesta de Belshazzar. William Wordsworth lamentó los cambios industriales, tecnológicos y comerciales que estaban abrumando la vida y la sociedad ya en 1807. En su soneto "El mundo es demasiado para nosotros", escribió:
El mundo es demasiado para nosotros; siempre,
Recibiendo y consumiendo, desperdiciamos nuestros poderes;
Poco vemos en la Naturaleza que sea nuestro;
Hemos regalado nuestros corazones, ¡una sórdida bendición!
Este mar que desnuda su pecho a la luna,
Los vientos que estarán aullando a todas horas,
Y ahora se congregan como flores dormidas,
Por ello, por todo, estamos desafinados.
El coro de todos aquellos derrochadores y buscavidas desafinados sonaba cada vez más fuerte, y nuevos himnos estaban entonándose en las catedrales de la "Tecnología", el nuevo nombre de Mammón. La velocidad y la máquina estaban siendo no sólo deificados sino también erotizados. Encontramos por primera vez esa erotización en la novela de 1884 À rebours de Joris Karl Huysmans. Si uno quisiera nombrar la primera "novela moderna", sería difícil encontrar una candidata mejor. En uno de los pasajes más extraños y extrañamente eróticos de la literatura, el protagonista de Huysmans, Des Esseintes, escribe eróticamente entusiasmado sobre dos locomotoras. Si todo esto parece simplemente una aberración francesa de finales del siglo XIX, una rareza semejante a la locura de la absenta, considérese el hecho de que sólo doce años después de la publicación de À rebours, Estados Unidos emitió un billete de $ 5.00 representando una erotizada Electricidad como la fuerza dominante en del Mundo. A su izquierda Júpiter conduce su carro, asiendo o lanzando un rayo, a su derecha la Paz parece estar volando con una paloma, y debajo de ella la Fama toca una trompeta, mientras que Ella, una diosa alada, porta una radiante bombilla mientras su manto ondea a los vientos de su eléctrica presencia mostrando un pecho, y cayendo su vestidura para mostrar una parte de su mons veneris.
El escultor Jacob Epstein pudo haber sido el primer artista visual en reconocer que la naturaleza de la máquina estaba evolucionando.13 Lo podemos ver en su versión original de 1913 de Rock Drill. El original incluía no sólo el torso sino el cuerpo completo del hombre absorbido, mecanizado, así como el propio taladro. Es, con mucho, la obra de arte más aterradora del siglo XX, mucho más que el Guernica, que sólo registra un nuevo capítulo en la continua historia de la crueldad humana. Rock Drill trata de algo nuevo: la pérdida de la individualidad humana y nuestra redefinición como máquina robótica. La pérdida de la individualidad conduce a la psicosis, ya que es la pérdida del ego, de su carácter distintivo humano. El individuo psicótico irónicamente sigue siendo "individuo" -de hecho, más peculiar y extrañamente individuo que antes-, pero a costa de su humanidad compartida y de una disociación de la hermandad de la Humanidad. El siglo XX puede leerse como el relato de la dominación de la tecnología, una narración de las disociaciones de la comunidad de la Humanidad, y una advertencia sobre los efectos de ver en la Naturaleza poco más que algo que es nuestro, y por estar fuera de sintonía con todo.
En las pinturas de Valls se pueden ver las disociaciones de la humanidad e incluso nuestra absorción por la máquina, por ejemplo en IPSIUS ·F · [lámina 9] o sea ipsius fecit, como eran firmados algunos antiguos autorretratos. El dispositivo que se ha apoderado de su mano se ha convertido en una parte de sí misma. Es más que una simple "influyente máquina." Es una parte de ella. En todo el mundo los seres humanos han sido, aunque sólo sea metafóricamente, absorbidos por la máquina. R. S. Thomas, el gran poeta y sacerdote galés, arremetió contra la máquina en muchos de sus poemas. En "Other" Dios crea el mundo y "Era perfecto / Sus aguas / eran tan claras como su propio ojo. La hierba / Era su aliento." Pero entonces
La máquina apareció
En la distancia, cantando a sí misma
Del dinero. Su canción fue la red
Donde fueron capturados, hombres y mujeres
Juntos. Las aldeas fueron como moscas
Para ser succionadas.
Dios derramó
Una lágrima. Basta, basta,
Ordenó, pero la máquina
Lo miró y siguió cantando.14
Thomas habría estado de acuerdo con Oswald Spengler, quien en La decadencia de Occidente definió "la máquina [como] Dios destronado", Thomas reconoció con tristeza que ni siquiera un dios puede parar la máquina, porque ningún himno ha sonado más dulce a nuestros oídos que el de "Conseguir y consumir".
Montamos en las corrientes de nuestro tiempo, estamos conformados por ellas, y damos forma a nuestras artes y creencias con la imagen de nuestro tiempo, a menos que como un Dino Valls, evitemos tópicos contemporáneos y seamos lo suficientemente valientes como para tener una visión histórica que podría incluso abarcar psicologías olvidadas, antiguas ciencias, y una exigente destreza, que ahora ha sido abandonada en su mayor parte, ya que requiere el aprendizaje y las habilidades que el veloz girar del mundo contemporáneo, no tiene ni el tiempo ni la voluntad de dominar.
La sabiduría de la mente inconsciente y el sueño son dos componentes importantes del arte de Valls, y comparten un aspecto intelectual y emocional. Pero igualmente obvio en su arte es un poderoso e innegable elemento erótico que se presenta inocentemente. Sin embargo, Kenneth Clark declaró: "Ningún desnudo, aún abstracto, debe dejar de suscitar en el espectador algún vestigio de sentimiento erótico, incluso si es sólo la más débil sombra".15 Sin ese elemento erótico, el arte de Valls se deformaría porque con todo lo místico y antiguo que pueda ser, sin lo erótico es incompleto. El arte de Valls, como el de William Blake, nos ofrece una visión global estructurada sobre la interacción de lo que Blake llamó los cuatro Zoas (del griego bestias): la cabeza, Urizen; el corazón, Luvah; los genitales, Tharmas. En opinión de Blake, a menos que los tres primeros fueran mezclados y unidos por Urthona, el cuarto Zoa, entonces el individuo estaba deformado. Es la unión de la cabeza, el corazón y los genitales la que nos completa y realiza como seres humanos. El mundo moderno está por lo tanto desequilibrado, ya que está conducido por seres humanos desequilibrados. Los que son puramente esclavos de su razón, están conducidos principalmente por la avaricia y el ansia de poder. Los que son esclavos de sus corazones, principalmente mujeres, se dejan dominar por sus amantes. Y los esclavos de sus pasiones, utilizan a los otros simplemente por el placer físico. El equilibrio es lo que siempre es necesario para la estabilidad, como bien sabe Valls el alquimista, el artista, y el padre. La importancia del equilibrio deja claro por qué el arte de Valls está tan preocupado en pesar y medir. Cuando la cabeza, el corazón y la pelvis van juntas, hay armonía, proporción y resplandor en el individuo, aquellos mismos componentes Tomistas de una obra de arte. Pero cuando uno solo de ellos domina, según Blake, tanto el hombre como el arte están distorsionados.
Como Alicia Guixá señaló agudamente en uno de sus textos sobre el arte de Dino Valls,
El arte es el único medio que permite al hombre unir su pensamiento lógico y su pensamiento mágico, redimiéndole de la profunda dicotomía que existe entre ambos…. [P]ara pintar una figura hay que convertirse en ella. Y al igual que todos los cuadros son autorretratos, en las paredes sólo se cuelgan espejos.…[L]a relación entre el que mira y lo que es mirado, está basada en el poder proyector que el inconsciente hace surgir en el que contempla…. La mirada descubre la pintura y ésta nos revela aquello que nosotros sólo conocemos intuitivamente: lo irracional.... Del mismo modo que el sueño se viste de realidad para hacerse identificable con lo consciente, la pintura de Dino Valls concibe su idea plástica partiendo de la irrealidad interior del artista. No es el exterior y su realidad objetiva lo que le atrae, sino lo contrario. Se trata de una búsqueda en el interior de uno mismo, de adentrarse en donde se almacena lo subyacente a la experiencia cotidiana.16
Ningún otro artista de nuestro tiempo ha optado por hablarnos como hace Valls. Él nos obliga a tomar en serio su música y escucharla como se repite en nuestros sueños. Al igual que Frederick Turner, el trabajo de Valls sugiere que existe una cultura de la esperanza. Ningún artista puede salvarnos, pero las pinturas de Dino Valls, la música de Henryk Górecki, Arvo Pärt, y algunos pocos más me sugieren que un futuro estético más rico puede estar ante nosotros. Como he sugerido anteriormente, el arte de Valls nos recuerda que no somos únicamente ciudadanos del mundo contemporáneo, sino que también tenemos el lujo de ser ciudadanos del pasado, y como tales podemos deslizarnos hacia atrás y adelante en el tiempo y compartir realidades más antiguas, más vitales, cuyas demandas son tan significativas como nuestros más profundos sueños. Preferiría concluir no con palabras sino con otra pintura de Dino Valls, ARS MAGNA [lámina 10], una representación de las "grandes artes", de la luz y la oscuridad, y de las profundidades de la experiencia humana, que son los grandes temas de su arte y su visión.17
Notas 1. El artista muy amablemente vino en mi ayuda y me envió un documento de tal importancia estética, sobre todo para futuros críticos y comentaristas de su obra, que me pareció que debería aparecer en su totalidad. A petición suya, he incluido a entre corchetes, algunos comentarios explicativos de menor importancia.
ALGUNAS NOTAS SOBRE PSICOSTASIA
"Psicostasia" [en Inglés, habitualmente traducido como psychostasis o psychostasia] significa "el peso de las almas", [está pintado] en relación con El Juicio Final descrito en el Apocalipsis (o Libro de la Revelación) de San Juan [ver Rev 20:11-12 y Mateo 3:10-12]. La Escatología representada en los nichos y losas de piedra del suelo, de las que salen o entran figuras de hombres y mujeres (Caída y/o resurrección) a través del límite entre los dos mundos (o sujetos en su propio límite, como las figuras de la Divina Comedia de Dante). Además de la referencia cristiana de San Miguel con la balanza pesando las almas, muy anteriormente en el antiguo Egipto se representaba de manera similar la psicostasia mediante una balanza, en presencia de Horus (halcón) y Anubis (chacal). El tema subyacente fundamental de la obra es la dualidad en conflicto: S. Miguel/Demonio; Judith/Holofernes; Salomé/Juan el Bautista; David/Goliath; Masculino/Femenino; Azufre/Mercurio alquímicos; Bien/Mal; pre-pubertad/post-pubertad; Cristos siameses y jóvenes púberes siamesas; Razón/Inconsciente, etc...
La tabla-políptico tiene la forma de un crucifijo de la escuela toscana del siglo XIII (Giunta Pisano, Cimabue, Giotto...), desdoblada en una doble cruz unida, sosteniendo un par de Cristos siameses ocultos por el panel central con las niñas siamesas, que toman a su vez el papel de una balanza de San Miguel (psicostasia) en equilibrio, sosteniendo/pesando en una mano (brazo de la balanza) un putto (cabeza de niño sobre pájaro muerto sobre un platillo), y en la otra mano la cabeza cortada de un adulto sujeta por la herida en mitad de la frente. A los pies de las siamesas, el cuerpo del decapitado con la espada de San Miguel sobre su sexo.
En la parte superior de la cruz derecha, el texto en hebreo reproduce una parte del cuadro de Rembrandt "El festín de Belshassar" en el que la mano divina ha escrito (de derecha a izquierda y de arriba a abajo): ×ž× ×, ×ž× ×, תקל, ופרסין (Mane, Mane, Tekel u-Pharsin) (Contado, pesado, dividido/medido). En la parte superior de la cruz izquierda, vemos la Conjunción de los Opuestos: aparece una mano humana que sujeta otra divina (es el Hombre quien ha creado a Dios), que señala el lema alquímico "Visita Interiorem Terrae Rectificando Invenies Operae Lapidem". En acróstico, en letras rojas, las iniciales forman VITRIOL, la vertical central INRI [IÄ“sus NazarÄ“nus, RÄ“x IÅ«daeÅrum, o sea Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos], y las letras finales AMA OS(S)EM (ama tu médula, tu interior, tu corazón). Encima de este texto, los símbolos alquímicos del Azufre, la Sal y el Mercurio, y debajo el del Vitriolo.
La figura masculina de la izquierda representa el género que divide y separa. Incluso sus dos hemisferios cerebrales pueden verse separados por el nimbo-disco dorado. Tres caras mostrando un tercer ojo (Razón) en conflicto con la Religión que ciega (ojo tapado). La mano que lleva un pez, es una referencia a Tobías y el Arcángel Rafael en el Libro de Tobit [un libro lamentablemente excluido de la Biblia Protestante]. El Inconsciente (en la leyenda, el pez que devora los pies de Tobías) es también capaz de curar (con su amarga bilis [acontecimiento narrado en Tobit]) la ceguera de la Razón, de acercarnos a la iluminación y el conocimiento. El libro abierto reproduce el Sistema Nervioso de la Enciclopedia de Diderot).
La figura femenina de la derecha (género que integra y fusiona), con su cabeza entre la de un perro (instintos) y la mano/ojo de un Cristo (cuya sombra chinesca reproduce la silueta del perro), representa la espiritualidad creativa e integradora de nuestros instintos. Lleva una camisa-membrana que une sus dos mitades opuestas.
En su costado izquierdo muestra un atavismo animal (politelia [la presencia de uno o más pezones adicionales), junto a la sacralizada función maternal de la aréola/pezón mostrada bajo un tapiz bordado. La serie de cuatro manos con cuatro números 7, hace referencia al ciclo femenino-lunar de 28 días. La tablilla gótica en cuyo anverso se ve la psicostasia de San Miguel (con arañazos en los símbolos del Mal), y en el reverso una imagen de una figura africana tallada, símbolo de la fertilidad, que a su vez reproduce la forma del símbolo alquímico del mercurio.
Las siamesas muestran un anacronismo en su simultánea dualidad contemporánea prepubertad/postpubertad. Sobre sus hombros una garza, cuyas alas transforman a la doble figura en el espiritual Arcángel San Miguel. Les pica en la nuca como el inconsciente colectivo heredado. En el antiguo Egipto, la garza era símbolo de la mañana y la regeneración vital (ciclo vida/muerte). En las pantallas del fondo, una mujer es sometida/copulada por el inconsciente.
En la predella de la base de la doble cruz, la secuencia de un rostro de mujer que va girando mostrando su lado de sombra como cera derretida, uniendo las imágenes de la expresión de un éxtasis-orgasmo, con las de una Virgen afligida (Mater Dolorosa) a los pies de la cruz (Stabat Mater).
2. De nuevo siento que es importante para la Historia del Arte, reproducir las propias palabras de Valls sobre su Dies Irae, ya que nos aportan una nueva percepción sobre su procesos técnico e intelectual. Escribió: Se compone de 7 piezas formando un políptico articulado, con 6 pequeñas tablas laterales y una grande central, y está basado en los elementos que estructuran el Apocalipsis o Revelación que Juan el Teólogo escribió en la isla de Patmos, [pero] tratados desde un plano simbólico [y] circunscrito a la psique del personaje protagonista de la obra. [Dies Irae] proyecta el conflicto interior entre el bien y el mal, entre la consciencia racional y el inconsciente poblado de arquetipos y temores primordiales, eternos e irresolubles. Los elementos del texto aparecen representados simbólicamente en una simbiosis entre un juego representacional teatral, y un acercamiento racional, científico o médico. Los números que aparecen en todo el cuadro, hacen referencia al capítulo y versículo correspondiente del Libro de las Revelaciones. Las 6 tablas laterales se corresponden con cada uno de los 6 primeros sellos del libro descrito en el Apocalipsis (Ap. 5,1). Se van abriendo sucesivamente y en este orden:
Una vez abierto muestra el séptimo sello en el panel central:
La superficie pintada del panel central mide 48 x 72 cm, múltiplos de 3, 6, 12 y 24. Las tres tablas de la izquierda, toman como base fotografías y grabados de estudios clínicos neurológicos y psicológicos, realizados por Paul Regnard, Paul Richer, Albert Londe, etc a pacientes de Charcot, Babinski, de La Tourette, etc en el antiguo Hôpital de la Salpêtrière de Paris [donde Charcot habitualmente atendía pacientes]. La Histeria como representación “teatral” de conflictos profundos del inconsciente.
TABLA nº 1 - 1er SELLO: 1er jinete con un arco (Ap. 6,2), grabado del “Arc de cercle” u opistótonos [estado en el que el cuerpo en la fase de contorsiones del ataque de histeria, es mantenido en una postura anormal: ver figura en el sello].
TABLA nº 2 - 2º SELLO: 2º jinete (Ap. 6,4) como carta del Tarot de Marsella dibujado en 1672 por François Chosson, del Caballero de Espadas sobre un caballo bermejo.
TABLA nº 3 - 3er SELLO: 3er jinete (Ap. 6,5), como foto clínica basada en una paciente caquéctica de Anorexia Mental (1900).
TABLA nº 4 – 4º SELLO: 4º jinete, la Muerte (Ap. 6,8), fotograma de la película “El séptimo sello” de Bergman, mostrando la partida de ajedrez entre el caballero cruzado y la Muerte.
TABLA nº 5 – 5º SELLO: Almas descansando, vestidas de blanco (Ap. 6, 9-11).
TABLA nº 6 – 6º SELLO: Trozos de cartas del Tarot de Marsella de los arcanos XIX del Sol y XVIII de la Luna (Ap. 6,12), y el XVII de la Estrella (Ap. 6,13).
TABLA nº 7 (central) – 7º SELLO (Ap. 8 y siguientes):
El lado izquierdo del panel central (derecho de la protagonista, regido por su hemisferio cerebral izquierdo) se acerca a los temas del texto asociados al Bien y a la lucha por la salvación, y el lado derecho del panel (izquierdo de la protagonista, regido por su hemisferio cerebral derecho), muestra los elementos relacionados con el Mal y la destrucción.
Sobre la mesa, dos pequeños escenarios de teatro, juego representacional del 7º sello: Con su mano derecha maneja el THEATRUM REVELATIONIS, teatro del conocimiento entendido como luz (pero cuyo interior oscuro surge de la sombra).
Con su izquierda maneja el THEATRUM UMBRARUM, teatro de sombras (pero cuyo interior surge de la luz). En los decorados del primer proscenio [el THEATRUM REVELATIONIS] vemos símbolos de la lucha del Bien, como el Cordero con el Libro de los 7 sellos (Ap. 5,6-7), el Tetramorfos (Ap. 4,6-7), los 24 ancianos (Ap. 4,4), las 7 lámparas (Ap. 4,5), los 7 ángeles con trompetas (Ap. 8,2), las tormentas (Ap. 11,19), … La mano sujeta una pequeña talla de marfil, modelo anatómico que muestra a la mujer de parto (Ap. 12,1-2). En el teatro de sombras [el THEATRUM UMBRARUM], del que sale humo (Ap. 9,2), aparece la silueta del dragón que espera devorar al hijo (Ap. 12,3-4). Y vemos la silueta de la Gran Ramera de Babilonia (Ap. 17, 3-5). A la izquierda, una caja de cerillas, antiguamente denominadas “Lucifers” (portadores de la luz), junto a 7 cerillas, la primera de ellas ya encendida.
En las estanterías del fondo se pueden ver otros elementos del texto:
A la izquierda temas relacionados con el Bien:
- Ave disecada con una serpiente en el pico, que da alas a un modelo anatómico, componiendo al arcángel Miguel en lucha con el dragón (Ap. 12,7).
- Dos cuadritos citan el Alfa y Omega (Ap. 1,8 y 11): Lámina sobre la “PHASE ALPHA - Le période de Estro du Cycle Ovarien”, y foto clínica mostrando el “Omega Melancholicum”, o signo de Schüle asociado a estados de neurosis melancólica.
- Exvoto de cera cuya mano escruta los riñones y el corazón (Ap. 2,23) de un belorcio de anatomía [un modelo médico de papel que permite que los diversos órganos se vayan levantando para ver su posición relativa dentro del cuerpo].
- Lámina ilustrando 6 TUBAE FALLOPII o uterinas, y modelo anatómico del oído mostrando la TUBA EUSTACHII o auditiva, en referencia a las 7 trompetas (tubae) (Ap. 8,2).
- Reloj digital marcando las 14:40:00 en referencia a los 144.000 señalados (Ap. 7,4 y 14, 1-3). En las estanterías de la derecha, temas relacionados con el Mal y la destrucción:
- Piezas de Museo de Ciencias Naturales: serpiente en un frasco (Ap. 12,9 y 20,2); tablilla con estrella de mar con una llave (Ap. 9,1); dos piedras, azufre (Ap. 9,17) y lava volcánica (Ap. 8,8); tabla de entomología titulada “ACRIDIDAE” con colección de langostas (Ap. 9,3-11).
- Antiguo porta-tubos de ensayo rotulado como “Septem Plagae”, como las siete copas de la ira con las siete plagas (Ap. 16, 1-21). Lleva 7 tubos de ensayo conteniendo: piedras (Ap. 6,2), sangre negra (Ap. 6,3), sangre roja (Ap. 6,4), polvo de azufre (Ap. 6,8), tinta negra (Ap. 6,10), vacío y seco (Ap. 6,12), y roto con filacteria [en el arte cristiano medieval, pequeña banderola, sobre la cual se presentan las palabras pronunciadas por el personaje que representa] que dice ”FACTUM EST” [Hecho está] (Ap. 6,17). [Para el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá mantenerse en pie?].
- Albarelo [bote de loza mayólica, originalmente un frasco farmacéutico] rotulado “ABSINTHIUM” conteniendo Ajenjo (Artemisia absinthium) (Ap. 8,11). [El ajenjo es la más amarga de todas las hierbas, excepto la ruda].
- Cadena y llave colgando sobre estante vacío (Ap. 20,1).
La figura central del panel, lleva arañados en el dorso de su mano derecha tres seises en latín [sex sex sex, o sea 666] (Ap. 13,18). Tiene la cabeza en postura forzada por los tres mechones de su pelo unidos en una trenza bajo su axila izquierda, como las tres partes de su psique formando un todo unido aunque con un conflicto todavía sin resolver. 3. Lloyd Nick, “The Historical Perspective of Spanish Realism” en Four from Madrid: Contemporary Spanish Realism (Atlanta: Oglethorpe University Museum, 1994), 1. (Este catálogo ofrece excelentes comentarios de Valls sobre siete de sus obras).
4. Frederick Turner, The Culture of Hope (New York: The Free Press / Simon & Schuster, 1995), 225-228.
5. Dino Valls, de cartas al autor, Febrero de 2013.
6. Gabriel Villaba, “Mysterious Atmospheres: Silent Cries” en Four from Madrid: Contemporary Spanish Realism (Atlanta: Oglethorpe University Museum, 1994), 3, 6.
7. Henry Moore, "una entrevista," World Press Review 30 (julio de 1983), 30.
8. Dino Valls, carta al autor, 30 Abril de 2013.
9. Ver Dino Valls, Ex Picturis (Zaragoza: Cajalón-Mira Editores, 2001).
10. Vicki Goldberg, de "A Quarter Century of Photography ", en Light Matters: Writings on Photography (New York Aperture, 2010), 11.
11. Ver el pionero estudio de 1921 de Walter Morgenthaler sobre Adolf Wöfli Ein Geisteskranker als Künstler (traducido como Locura y Arte: la vida y obra de Adolf Wöfli), y libros posteriores sobre Wöfli para comparar sus mapas con los mapas cosmográficos de Jain, que se pueden encontrar en todos los libros de arte sobre Jain. Y ver la clásica obra de 1922 de Hans Prinzhorn Bildnerei der Geisteskranken (Trabajo artístico del Enfermo Mental), un libro que tuvo un inmediato e inmenso impacto en el arte moderno, para comparar las imágenes de Jain de Lokaprusha, el Ser Cósmico, una mujer, con la Sacramental (Idólatra) Figura de Hermann Beil. Beil era uno de los "diez artistas esquizofrénicos" en los que se centró el trabajo de Prinzhorn. Su descripción de la figura Beil puede también leerse como una descripción exacta de la Lokaprusha.
12. Robespierre, Oeuvres (Paris: Universitaires de France, 1910), X, 356–7.
13. Epstein, sin embargo, no fue el primero en ser consciente de lo diabólico en las máquinas. James Tilly Matthews, un londinense negociante de té del siglo XVIII, participó en una misión diplomática a París para intentar evitar la guerra entre Inglaterra y Francia después de la Revolución francesa, pero fue posteriormente detenido como espía. Después de tres años, fue liberado, regresó a Inglaterra y se le internó en el Hospital Bethlem, infame manicomio de Londres. El boticario residente del centro, John Haslam, lo trató y publicó en 1810 un libro sobre él (Ilustraciones de la Locura: Exponiendo un Singular Caso de Locura,... con una Descripción de las Torturas Experimentadas por el Estallido de Bomba, Casca-Langosta y Alargamiento Cerebral), que es reconocido como el primer caso de documentación completa de la esquizofrenia paranoide.
Matthews fue la primera persona que sepamos haya caído bajo la influencia de una máquina maligna, el Telar Aéreo, creada por espías franceses decididos a derrotar las esperanzas de paz a través de la "química neumática." La máquina emitía rayos para leer e influir en la mente, que "premagnetizaban" a funcionarios del gobierno mediante el uso de un "fluido magnético volátil". Gas magnetizado procedente de varias fétidas y pútridas fuentes alimentaba la máquina, el cual era impulsado por botellas de Leyden y ventiladores. El telar, controlado por los químicos neumáticos, irradiaba corrientes mesméricas directamente en las cabezas de sus víctimas para obligarlas a pensar lo que ellos querían que pensaran. Matthews estaba torturado por el dolor físico, voces en su cabeza, y visiones aterradoras. Sabía que no tenía pleno control sobre su mente y sus extrañas descripciones ["Apoplejía-trabajando con el rallador de nuez moscada", "Estómago-Desollante", "Cometeando", "Muslo Parlante" y "Bloqueo de Fluido"] fueron intentos de traducir al lenguaje lo que sentía que le estaba sucediendo. Nadie se haría algo así a sí mismo, por lo que razonó que alguien debía de estar haciéndolo con él. El Telar Aéreo, con todo lo risible que pueda parecer, no es una sorprendente aberración mental, ya que Matthews era un producto de su época, la era de la revolución industrial y la tecnología, la edad de los telares a vapor y otras máquinas.
Con el paso de poco más de un siglo, la experiencia de Matthew se había manifestado suficientemente como para pasar a constituir materia de un ensayo en 1919, "Sobre el origen de la "Máquina de Influir” en la Esquizofrenia", de Viktor Tausk, quien acuñó el término Beeinflussungsapparat (aparato de interferencia). Ahora, dos siglos después de Matthews, la Máquina Influyente es un lugar común entre los enfermos mentales y en la cultura popular. Tausk sostuvo que la fantasía de una máquina de influir fue un intento de proyectar el sentido de un cambio interior del individuo hacia el mundo exterior. Sin embargo, lo más significativo es lo obvio: que aquella máquina se había convertido en la nueva bruja. Con la Revolución Industrial, su dueño había pasado de ser una fuerza mágica o sobrenatural a ser una más siniestra fuerza antinatural que nosotros mismos habíamos impuesto al mundo. Tausk veía las máquinas en términos sexuales, debido a las habituales declaraciones de pacientes aterrorizados por las máquinas. Las máquinas les causaban erecciones, producían "derrames de fluido”, y drenaban su semen, que es lo mismo que los succubae y las brujas se suponía que han hecho durante siglos. La Ilustración había barrido las ficciones de la bruja y el ángel, y por ello los psicóticos tuvieron que buscar otro lugar para obtener explicaciones sobre su estado y lo encontraron en el terrible, frío vocabulario de la máquina.
14. Poemas de R.S. Thomas (Fayetteville: University of Arkansas Press, 1986), 83-84.
15. Kenneth Clark, El desnudo: un estudio de la forma ideal (New York: Pantheon Books, 1956), 17.
16. Alicia Guixá, “Algunas notas sobre la pintura de Dino Valls,” para el catálogo de la exposición en la Galería Heller, Madrid, Diciembre 1993; y Prestige Magazine - Espiral de las Artes, 44, Madrid, Diciembre 1999.
17. “Ars Magna: Claves y Detalles: Nota introductoria de Dino Valls”:
“Ars Magna” [oleo sobre tabla, 2010 (184 x 122 cm.)] es una representación "teatral" basada en el frontispicio del libro Ars Magna Lucis et Umbrae, de Athanasius Kircher. Vemos a los hermanos Apolo y Diana (Artemis), hijos de Zeus y Leto, representando el Sol y la Luna, y todo un juego de elementos que representan las cuatro vías clásicas de conocimiento (entendido como Luz), a las que yo añado una quinta fuente de conocimiento, la Sombra (el Inconsciente) encarnada en el personaje femenino central (devorada por el monstruo de las profundidades a la vez que es transformada por él en una sirena, ser mágico y dual que conjuga consciente e inconsciente). [ Yo (J. W.) podría mencionar que Kircher sigue siendo un tema de interés académico y que la University of Chicago Press acaba de publicar Egyptian Oedipus: Athanasius Kircher y los secretos de la Antigüedad, de Daniel Stolzenberg];
Dr. Juan V. Fernández de la Gala, “No son cuadros, son espejos: Un itinerario simbólico por las páginas de Panace@” (Revista de Medicina, Lenguaje y Traducción), una publicación de TREMÉDICA (International Association of Translators and Editors of Medical and Related Sciences), Diciembre 2010, 235-245. (Reproducido con el amable permiso del Dr. Fernández de la Gala):
“DINO VALLS: NO SON CUADROS, SINO ESPEJOS…”
por el Dr. Juan V. Fernández de la Gala [con notas adicionales de Dino Valls en cursiva.] Athanasius Kircher fue un sabio jesuita alemán que supo representar, como pocos, el espíritu científico del siglo XVII. Su curiosidad era ilimitada y multiforme. No conoció límites y sus saberes abarcaban igualmente las matemáticas y la filosofía, las lenguas orientales y la física, la astronomía y la vulcanología. Fue el inventor de la Linterna Mágica, cartografió la Luna y las manchas solares, trató de descifrar los jeroglíficos egipcios y, para entender mejor la estructura interna de nuestro planeta, se hizo descolgar con una cuerda por el cráter del Vesubio. Incluso el Papa Alejandro VII lo llamaba a su lado cuando tenía que lidiar con el lado más oscuro de las cosas.
Dino Valls reproduce aquí y reinterpreta, el frontispicio de uno de los libros más enigmáticos de Kircher: Ars magna de lucis et umbrae (Roma, 1646). Buen título para alguien que, como Kircher, conocía igualmente las propiedades físicas de la luz y los enigmas ocultos de las sombras. Con su sotana al viento, era capaz de adentrarse con provecho tanto por los caminos luminosos de la ciencia como por los ocultos senderos de la magia. Inventó la Linterna Mágica, antecedente directo del cinematógrafo, y que no era más que un artilugio que reproducía esta misma paradoja: era capaz de aprovechar la oscuridad en favor de la luz. Es el mismo ritual que repetimos cada vez que vamos al cine y nos sentamos en la penumbra de la sala para sumergirnos, desde las sombras, en una magia que está hecha de luces.
Durante muchos años, Kircher fue profesor en el colegio que los jesuitas regentaban en Roma. Y no caben dudas sobre su imaginativa habilidad didáctica. La cuidada composición del frontispicio es una buena muestra de ello: vemos a la izquierda al Sol, divinizado como Apolo [Apolo, vestido de amarillo dorado, en relación con el Sol y Oro, con el caduceo de Hermes], y a la derecha a la Luna, encarnada en la diosa Diana, oscura como la noche que representa, coronada por una luna de plata y constelada de estrellas de mar y ofiuras (ofiuroideos, que están estrechamente relacionados con las estrellas de mar). Sostiene en su regazo un espejo, con el que logra reflejar los rayos solares e iluminar con ellos el paso vacilante de los hombres. [La diosa romana Diana (equivalente a la Artemisa griega), vestida de verde, el color asociado con la luna, en relación con la noche, la luna, la fertilidad, el frío, la humedad, la plata y la virginidad ...]
Al fondo, desde la oscuridad de la tramoya, asoma un grupo de rostros anónimos (ángeles/putti, en el original de Kircher) y, sobre ellos, el tetragrámaton: las cuatro letras que componen la palabra Yahveh en hebreo. Un poco más abajo se describen, también en clave simbólica, las cuatro fuentes clásicas que iluminan el conocimiento humano: la Autoridad Sagrada de la revelación divina, la Razón, la Autoridad Profana, y los Sentidos. La revelación Divina, en lo más alto, está simbolizada por el texto evangélico de Juan «Yo soy la luz del mundo» (Jn 8,12), que Valls ha reproducido fielmente tal como el que puede verse en el ábside de la iglesia románica de san Clemente de Tahull, en Lleida (España). La Razón Humana, encumbrada también en lo más alto, está representada por una mano que escribe sobre un libro [que está escribiendo la frase "El sueño de la razón produce monstruos", como la escrita por Goya en su grabado número 43 de Los Caprichos, pero invertida como en un espejo]. Queda muy cerca de la lechuza, que es el emblema clásico de la sabiduría [también de la Noche y la Muerte entre los antiguos egipcios], esto es, un ojo interior que puede ver la luz donde los demás solo atinamos a ver oscuridad y sombras. No por casualidad, las dos fuentes restantes (el Conocimiento Sensible y la Autoridad Profana) ocupan las posiciones más bajas en la jerarquía de este retablo didáctico kircheriano. Y ampliando la imagen, verán que los rayos solares alumbran con claridad el mundo de los sentidos, aunque a veces requieran el auxilio de instrumentos de observación, como el catalejo que aquí se representa [proyectando el mapa de manchas solares descrito por Kircher]. Por el contrario, la Autoridad Profana es sólo un producto de la luz de la luna, [que también está iluminando un “skaphe” lunar o reloj de luna], asistida por el modesto resplandor de una vela, una alusión clara a su precariedad y a sus imperfecciones.
La visión de Valls actualiza y completa la de Kircher. Ha colocado las figuras en un pequeño decorado de opera en el que se ve claramente que detrás de la tramoya hay seres humanos y que, por tanto, nuestra cultura, hecha de arquetipos, es una representación teatral tan falsa como necesaria, tan útil como ilusoria y, desde luego, mucho más próxima a lo humano que a lo divino [A través de la trampilla del escenario entra un rayo de sol y vemos a un hombre en la oscuridad, como en la caverna de Platón. En el suelo del escenario, también se ve una lámina anatómica del Sistema Nervioso, y varios dibujos relacionados con la proporción áurea o divina (phi): el pentángulo pitagórico (como las estrellas de mar), la espiral de Durero (también reproducida en la cola de la ballena ), y la estructura geométrica de esta pintura (también explicada en la imagen adjunta final), etc].
Ars Magna es, en definitiva, un magnífico retablo de intertextualidades que presenta las paradojas de la luz y la oscuridad, paradojas que también Freud y Jung nos señalaron. Si buceamos en las sombras del inconsciente podremos sacar a la luz lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Por eso, para Dino Valls el psicoanálisis [y el arte] podría ser la llave a una quinta fuente del conocimiento. Está simbolizada en el personaje central: una mujer deslumbrante y luminosa que nunca sabremos si emerge libre de sus propios monstruos o está siendo devorada por ellos. [Detrás de ella cuelga una esfera armilar como un espiritual halo dorado, y un arco iris pintado que traza una curva que cruza los sexos de las dos figuras laterales, y cuyo centro está en el sexo de la central. Sus dos mechones de pelo se unen como la dualidad integrada].
UN CORTO GLOSARIO SOBRE VALLS
Para los estudiosos de la obra de Dino Valls, de la que también soy uno, he preparado un breve glosario de palabras y términos que se encuentran en algunos de sus trabajos. Espero pueda ser de ayuda para aclarar aspectos de su imaginería. El glosario también incluye algunos títulos de Ex Picturis, su libro de 2001. Esta lista no pretende ser exhaustiva y principalmente hace referencia a términos no mencionados en mi texto.
Acrolisis: del griego: Disolución de las partes extremas del organismo.
Acu Picta: del latín: Bordada, (literalmente Pintada con agujas)
Anfisbena: la Madre de las Hormigas, una serpiente mitológica que se alimentaba de hormigas, con una cabeza en cada extremo. Según la mitología griega, fue generada a partir de la sangre de la cabeza de Medusa y alimentaba a los muertos.
Animus: En la psicología junguiana, personalidad masculina interior presente en las mujeres.
Antífona: la respuesta que un lado del coro hace al otro en un canto.
Barathrum: Latín: Barathrum, del Griego βάραθρον: el Abismo.
Catexis: concentración de energía emocional en un objeto o idea. Freud utiliza el término para referirse a una liberación de energía psíquica.
Circinus: un par de compases.
Creación de Tzade y Ayin: El Elohim colocó en el Edén dos árboles simbólicos que nos proveerían de sustento y alimento: el Árbol de la Vida y el Árbol del Conocimiento del bien y del mal (Génesis 2). En hebreo, la palabra para el árbol es ×¢×¥ deletreada Ayin Tzadi, dos letras similares. El Árbol de la Vida es el árbol de la Cábala. Ese árbol es la propia columna vertebral, el sistema nervioso y el cerebro. El segundo árbol es el árbol del Conocimiento de lo puro y lo impuro:×¢ ×¢×¥ הדעת טוב ורע. Ese árbol es sexual, psicológico y alquímico, y está oculto en el Árbol de la Vida, dentro de la columna vertebral y el cerebro, desde donde nos nutrimos y nuestra vida emerge. Sin embargo, si abusamos del árbol, creamos sufrimiento. El cabalista Rabí Isaac Luria (1534-1572) sostenía que Dios creó el mundo mediante un acto de tzimtzum, un retiro voluntario o contracción con el fin de dejar espacio para Su creación. Ya que tzimtzum comienza con la letra Tzadi, Luria razonó que el acto creativo fue esta primera lección de humildad voluntaria de Dios de manera que Él dio cabida a las otras formas de vida que planeaba crear. La pintura también se vincula con el significado simbólico medieval de "la caída". Las figuras masculina y femenina del cuadro, reproducen también la forma de estas dos letras hebreas.
Criptodídimo: Nombre médico para el feto de uno de los gemelos no desarrollado, que crece pequeño y escondido dentro del otro, como un tumor de múltiples tejidos.
Estipes: El palo vertical de la cruz cristiana.
Forabilis: Latín: que puede ser perforado, vulnerable.
Foramina: aberturas en el cuerpo a través de las cuales pasan los nervios, arterias, venas y otras estructuras.
Glycofilusa: La Virgen del Dulce Beso.
Halitus: aire exhalado.
Hemimaquia: la batalla entre las 2 mitades de una persona.
HierosGamos: griego: sagrado matrimonio, unión sagrada, término y concepto alquímico para “la unión de los opuestos”.
Imago: la fase final durante la metamorfosis y también en psicoanálisis, el recuerdo o la fantasía infantil de una persona muy querida, que persiste durante la edad adulta.
Iniuria: Latín: un ultraje, injuria, acto ilícito.
Iter Lapidum: Latín: El viaje de la piedra (véase el cuadro que incluye ammonites fósiles).
Intertrigo: una inflamación de la piel en pliegues y zonas de roce.
Intus: Latín: dentro de.
Limen: un límite, frontera, umbral de respuesta.
Lo Spellato: Italiano: El despellejado; ver Museo di Storia Naturale sección de zoología, La Specola (Florencia).
LVX: Latín: luz, formado por letras romanas cuyo valor numérico es 50-5-10.
Malacia: Término médico para el trastorno del apetito que consiste en el deseo patológico de comer materias extrañas, tales como yeso, tierra. . .
Mutus Liber: Latín: El libro mudo, un clásico alquímico del siglo XVII escrito sin ninguna palabra.
Noxa: algo que ejerce un efecto perjudicial sobre el cuerpo humano.
Opus Nigrum: Latín. El trabajo oscuro, otro nombre para la Alquimia.
Per luctum, Per Luctam: Latín: Por la aflicción, Por la Lucha.
Pneuma: Griego: aliento, espíritu, alma, y las antiguas notas musicales medievales.
Prótasis: La primera parte de un poema dramático, y el término gramatical de la cláusula "si" en una oración condicional; por ejemplo: Si se estudia el arte de Dino Valls, su mente se expandirá.
Psicostasia: el peso del corazón / alma. Ver nota 1.
Psychomachia: La batalla por el alma del hombre, un poema del poeta latino tardío Prudencio.
Rebis: Símbolo alquímico de un cuerpo con dos cabezas, una masculina, otra femenina, ergo, el andrógino divino. N.B. En cada mano (masculina y femenina) lleva un compás y una escuadra, dos atributos del dios creador.
Scindere: Italiano: dividir.
Sephirot: los 10 atributos de la Cábala, a través de los cuales el Infinito se revela y crea continuamente, tanto en el ámbito físico como la cadena de los reinos metafísicos superiores.
Séptimo Sello: Apocalipsis 8:1: "Y cuando él abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo casi por media hora". Ver nota 2.
La cuerda de plata: la vinculación que da vida desde el yo superior hasta el cuerpo físico. El hilo conductor entre el cuerpo físico y el cuerpo etéreo, más allá con el cuerpo astral y finalmente con el cuerpo mental. "Antes que la cadena de plata se quiebre, y la copa de oro se rompa, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; Entonces el polvo volverá a la tierra, como era: Y el espíritu volverá a Dios que se lo dio." Eclesiastés 12:6-7.
Tacere: Latin: callarse.
Tegmen: una cubierta, pero también en términos médicos: membrana.
Umbral: Esp. Umbral, entrada.
Unciae oblationis: Latín: “las doceavas partes de la oblación”.
Ut superius: Latín: del antiguo lema “Ut superius, ita est inferius”, o sea, “como arriba, así es abajo”.
Vetera: antigüedad, lo antiguo.
Viciens: Latín: veinte veces.
Vitella: vitela, es decir, pergamino, piel de ternero, preparado para la pintura o la escritura.
Zadkiel: El dios al que está dedicado el cuadrado mágico (tabula in abaco) de 4 x 4 números, y que está representado en la estructura geométrica de la pintura de Valls del mismo nombre.
Prof. John Wood, 2014.
Historiador y crítico de Arte; Poeta; Catedrático Emérito de Literatura Inglesa y Arte (McNeese University).
Ensayo para la monografía Dino Valls - Ex picturis II, Edition Galerie Vevais, Alemania, 2014.